Escenas cotidianas que rezuman poesía. Congeladas, sublimadas. Protagonizadas muchas veces por puntos de luz que irradian un montón de significados, también por la soledad, dando una atmósfera de intimidad y confidencia a sus óleos. Como ese niño que lee a escondidas mientras su hermano duerme. Adela Arrufat, batería del grupo musical castellonense Lula -que precisamente está a punto de estrenar su nuevo videoclip, “L”-, nos ha sorprendido estos días con su otra faceta, la de pintora, a través de una estupenda exposición, Instants, que ha inaugurado recientemente en el Centro Español de Nueva York y que estará abierta hasta el próximo domingo, 23 de septiembre.
“La posibilidad de exponer en Nueva York surgió cuando decidí este año hacer una serie de cuadros y comencé a moverme vía web y telefónica. Con la tecnología actual, las galerías, salas y centros culturales pueden ver tu obra de una manera cómoda y práctica”, explica la propia Adela Arrufat. También anuncia que va a empezar a trabajar en “una nueva colección para exponer también el año que viene en Nueva York e intentaré que sea expuesta antes en Castellón”, aunque todavía no hay fechas confirmadas.
La pintora castellonense comenta que está muy satisfecha por el éxito que tuvo la inauguración de Instants en el Centro Español de Nueva York, el pasado 12 de septiembre, a la que asistieron más de cien personas, entre representantes del Consulado de España, representantes diplomáticos ante la ONU, directivos de la cadena de televisión CBS, la presidenta del Ceny (Centro Educativo Español de Nueva York), así como artistas, galeristas y coleccionistas.
Adela Arrufat estudió la Licenciatura de Bellas Artes en la Facultad de San Carlos de la Universidad Politécnica de Valencia y también amplió sus estudios con el Diploma de Estudios Avanzados (D.E.A.) del departamento de pintura del mismo centro. Partiendo de su “admiración por los maestros clásicos”, en sus óleos siempre ha buscado la forma de “plasmar la belleza de los detalles del día a día, sin caer en los cánones de la cultura de la imagen”. “La fealdad, lo grotesco, lo triste, el paso del tiempo, la alegría, el dolor, el humor, la angustia, la esperanza, toda dimensión íntima de las personas y las cosas que las modelan las considero belleza”, añade.
Reconoce que su obra estuvo muy influencia en sus inicios por “la pintura española, sobria en su tradición, luces y cierto dramatismo, pero actualmente esta pintura realista se ha dulcificado plásticamente y puede recordar a Norman Rockwell en su realismo social y en algunos momentos a Edward Hopper en su soledad”. Pintura figurativa que, al mismo tiempo, deja muchos aspectos de su significado fuera del lienzo, en lo que no dice, en las ausencias y en las sombras.
En su biografía, encontramos exposiciones colectivas en Hong Kong o Salamanca y varias individuales en distintos espacios de Valencia. También muchas en Castellón, pero la última se remonta ya a 2002. Esperemos que, como ella misma anuncia, pronto podamos disfrutar de sus óleos en casa.