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Claudia Montero tras el Grammy Latino: “Ha sido un gran logro por el que he trabajado intensamente”

Claudia Montero, en el momento de recoger el Grammy en Las Vegas.

El pasado 20 de noviembre, el Conservatorio Superior de Música Salvador Seguí de Castellón se ganó una parte del espacio que los grandes medios destinan al apartado cultural. Junto a los de Jorge Drexler, Pablo Alborán, Marc Anthony, Calle 13, Enrique Iglesias, Descemer Bueno, Gente de Zona… Se escuchó el nombre de la profesora Claudia Montero como ganadora de un Grammy Latino, en concreto el correspondiente a la categoría de Composición Clásica Contemporánea por su “Concierto para violín y orquesta de cuerdas”, incluido en su disco Ausencias (La Cúpula Music, 2014) con la interpretación de la Orquesta de Cuerdas Buenos Aires, con Daniel Robuschi como solista y bajo la dirección de la también argentina Lucía Zicos. En el MGM Grand Garden Arena de Las Vegas (EE. UU.), se le dio a Claudia Montero un reconocimiento al que también optaban el uruguayo Gustavo Casenave, la estadounidense Arlene Sierra, el cubano Yalil Guerra y la mexicana Gabriela Ortiz.

Originaria de Buenos Aires, Claudia Montero estudió en el Conservatorio Alberto Ginastera, en las materias de piano, pedagogía musical y composición, trasladándose a varias ciudades americanas, europeas y asiáticas para perfeccionar su formación. Han sido numerosas las orquestas americanas y europeas que le han encargado composiciones, una labor compaginada con la didáctica, ya sea como profesora o conferenciante en los tres continentes mencionados. La situación en su país le aconsejó en los primeros años de este siglo trasladarse a España, pasando a residir en Valencia desde 2002. Un año después entró en el Área de Composición del Conservatorio Superior Salvador Seguí de Castellón. Inquieta y activa, fundó la Asociación de Mujeres en el Arte de Valencia, que también preside, y desde la cual trabaja por la promoción y difusión de los trabajos de la mujer en el arte. También ha establecido vínculos con músicos asiáticos en el denominado Proyecto 02.

El “Concierto para violín y orquesta de cuerdas” es la pieza que abre su disco Ausencias, editado este mismo año, y en el que de nuevo el recuerdo de Buenos Aires está muy presente a través de las cuerdas, cuyo sonido es su preferido dentro de la amplia gama de registros que domina, aunque en su obra aparecen también composiciones pensadas para saxo, guitarra, flauta, piano y corales. El 17 de febrero de 2015 lo interpretará con el American String Quartet en el Palau de la Música de Valencia e intentará que se pueda escuchar también en un escenario de Castellón.

>¿Cómo recibes la noticia de que estás nominada en el apartado de Mejor composición clásica contemporánea de los Grammy Latinos y qué sientes en ese momento?
Recibo la noticia a través de la web. Estaba en un tren volviendo a Valencia desde Castellón, y fue muy emocionante. Lo que más recuerdo en ese momento es que no conocía a nadie en el vagón del tren ¡y tenía ganas de abrazar aunque fuese a un desconocido!

>¿Viajas a Las Vegas convencida de que vas a ganar el premio?
Estaba convencida de mi trabajo, pero a esos niveles todos los nominados somos posibles ganadores. Pasé por momentos de nervios, pero la mañana de la entrega estaba muy tranquila, pensando que el resultado ya estaba en un sobre y que en pocas horas lo sabría.

>¿Y cuál es el sentimiento en el momento en que escuchas tu nombre como ganadora?
Confieso que me sorprendí. Mi esposo, que me acompañaba, me sacudió el brazo para decirme que tenía que subir. Fueron momentos de emoción, sorpresa y muchas cosas juntas.

>Ha pasado ya medio mes desde aquella noche tan especial. Ya con más calma, ¿cómo valoras haber conseguido este Grammy?
Siento que he conseguido un gran logro, por el que venía trabajando intensamente, cuidando los detalles del disco y demás. Ahora el impacto y la visibilidad son altísimas y medito mucho los pasos que siguen.

>No fue un viaje en exclusiva a Las Vegas, puesto que durante esos días estuviste en Nueva York ensayando con el American String Quartet para unas obras dedicadas a Buenos Aires. ¿Es tu proyecto más inmediato? ¿Se podrá escuchar en directo en Castellón?
Mi cuarteto, el American String Quartet, tocará en el Palau de la Música de Valencia el 17 de febrero. Estamos intentando, y espero conseguirlo, que Castellón pueda escucharlos y disfrutar de mi obra en vivo. La sensación es muy diferente. Las gestiones están abiertas y toda la colaboración es bien recibida para concretarlo.

>Por el conjunto de tu obra, pareces muy interesada en el intercambio de culturas, tal como parece demostrar el Proyecto O2 o la Asociación de Mujeres en el Arte, que fundaste.
Me interesa todo lo que implique la relación entre culturas porque es enriquecedor comprender la mirada que hacemos desde diferentes sitios. He trabajado en el Proyecto O2, vinculado con músicos asiáticos, explorando sus capacidades y la riqueza sonora de sus instrumentos. Con respecto a  la Asociación Mujeres en el Arte, fue el producto de una búsqueda de espacios donde las mujeres pudiéramos intercambiar nuestros puntos de vista y trabajos en las diferentes disciplinas artísticas.

>Has compuesto para prácticamente todo tipo de formaciones e instrumentos. ¿Dentro de esta diversidad hay alguna preferencia por tu parte a la hora de empezar las composiciones?
Por mi formación, y la música a la cual tuve acercamiento en Buenos Aires, prefiero las cuerdas, y me identifico más con ese sonido, aunque respeto todo, a tal punto que no me animo a escribir para banda aun viviendo en Valencia desde hace doce años.

Claudia, en un ensayo en Nueva York con el American String Quartet.

>¿Por qué te desplazaste de Buenos Aires a Valencia y cómo se produjo tu incorporación al Conservatorio Salvador Seguí?
Llegué a Valencia en 2002, un poco empujada por la gran crisis económica en Argentina, como miles de argentinos que emigramos. Me fui buscando mi espacio, y en 2003 me presenté a la convocatoria que hicieron para el Conservatorio Superior. Hice las pruebas y al mes ya me encontraba trabajando en el Conservatorio Superior de Alicante, y después en Castellón, donde estoy muy contenta y cómoda.

>Llevas diez años en el Conservatorio Superior de Castellón. ¿Ha cambiado la situación durante esta década respecto a número de estudiantes, nivel…?
El nivel ha ido subiendo curso por curso. La cantidad de alumnos en la Carrera de Composición es estable, se entiende que sea así, y no creo que esas cosas cambien porque es propio de la especialidad, pero sí noto que la motivación crece en cada curso y los que logran concluirla están muy bien preparados para afrontar los retos profesionales de la carrera de compositor.

>¿Observas un importante relevo generacional tanto en el apartado de instrumentistas como en el de público?
El relevo se produce por circunstancias propias, y eso es importante para liberar espacios tanto en público como en intérpretes. La gente joven aporta siempre esa frescura y la visión desenfadada a la vez de cuotas muy altas de pasión necesarias para recorrer el mundo de la música.

>Desde dentro, ¿cuál es el estado de salud actual de los conservatorios superiores?
La situación en los conservatorios superiores requiere de varias miradas; desde el profesorado, alumnado, dirección, administración y muchas más, y todas siempre encuentran puntos de acuerdos y desacuerdos que se debaten en los lugares correspondientes, así como en los pasillos. Hay incertidumbre sobre los procesos que se seguirán para establecer plantillas definitivas y eso genera malestar entre profesorado y alumnado, cuestión que debería evitarse, para no trasladar al ámbito puramente académico cuestiones que muchas veces tienen que ver con lo político. Salvando estas cuestiones, la fluidez y la entrega de conocimiento siempre están por sobre todas las cosas y en ese punto hay acuerdos. Ahora bien, las soluciones llevan tiempo y, como todos sabemos, los tiempos institucionales no son los tiempos de las personas, por lo tanto los resultados se verán recién dentro de las generaciones venideras.