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El Paranimf y la representación en el cine

Esta fin de semana comienza la programación del Paranimf en 2013 y lo hace con un compendio de películas que girarán en torno a la representación en el  cine y la vuelta que se le puede dar a la puesta en escena, a los géneros y  a los remakes. Porque hay muchas formas de abordar un mismo tema y el cine ofrece infinitas posibilidades. Cada cultura, cada época, cada realizador tiene sus afinidades y su punto de vista particular a la hora de tratar cualquier argumento, y de ello dan buena cuenta las películas que podremos ver por 3,40 € los sábados y domingos a las 19.30 en el Paranimf de la Universitat Jaume I.

Para comenzar, qué mejor que rescatar aquella película que debió ser proyectada el año pasado, pero  un cambio de programación nos privó de ella: Martes, después de Navidad (Marti, dupa craciun, Radu Muntean, 2010) (26 y 27 de enero), una de las mejores películas de esta nueva ola de cine rumano que estuvimos viendo en el ciclo que se le dedicó en programaciones anteriores. Alejándose del sentimiento histórico de las producciones que más logro habían cosechado, la película de Muntean se centra en el triangulo amoroso que forman Paul, su mujer y su amante. Lo que podría haber sido un melodrama en toda regla al estilo de Douglas Sirk o una producción hollywoodiense actual con escasa fuerza se convierte en todo un ejercicio de estilo donde su realizador mira, sin enjuiciar, a su protagonista. La cámara lejana contempla la acción y deja al espectador decidir de que lado está. Al mismo tiempo, Muntean maneja con precisión el tempo de la acción en cada plano-secuencia llegando a momentos de gran intensidad y con quiebras de tonalidad en cuestión de segundos sin sensación de brusquedad. ¿La ficción supera a la realidad?¿La ficción nos permite analizar mejor los comportamientos humanos al ofrecer esa mirada etnográfica que contempla desde la distancia?, parece preguntarse este film.

De renovarse trata febrero. Código del hampa (The Killers, Don Siegel, 1964) (días 2 y 3) es una nueva versión del clásico de Hemingway, The Killers, que ya tuvo una estupenda adaptación a cargo de Robert Siodmak con Burt Lancaster y Ava Gardner. Ahora es el maestro del cine de acción, Don Siegel, quien retoma el testigo, con Lee Marvin, Angie Dickinson  y John Cassavetes. Siegel lleva la acción a su época y convierte a su protagonista en un piloto de carreras. Una versión pulp, llena de acción y suspense, con unos colores que saltan de la pantalla y que contrasta con el cuidado gusto por la puesta en escena y la fotografía en blanco y negro de la versión de Siodmak. Proponemos un ejercicio de revisión de ambas películas, que proporcionará un doble disfrute al espectador. A Código del hampa le sigue Animals (Marçal Forés, 2012) (días 9 y 10) que ya reseñamos en la programación del EACC. Y para terminar el mes volvemos a los sesenta de la mano de Frank Sinatra en El detective (The Detective, Gordon Douglas, 1968) (el 23 y 24). Sinatra deberá resolver un caso de asesinato de un hombre homosexual. Durante la investigación, el detective irá descubriendo la corrupción y lascivia que esconden las calles de Nueva York. No es la mejor película que se acerque al tema, ni la que mejor muestre las calles más oscuras de la ciudad desnuda, ni la mejor de su realizador, Gordon Douglas. Pero el director de Hampa dorada (Tony Rome, 1967) y Cuatro gánsteres de Chicago (Robin and the 7 Hoods, 1964) lleva a cabo un entretenido e intenso trabajo de puesta en escena, acompañado de su mejor colaborador, un magnífico Frank Sinatra que ya le acompaño en las películas citadas y otras muchas más.

En marzo nos irán preparando para Semana Santa. La muertes y los ídolos caídos serán los protagonistas. Veremos morir a César en César debe morir (Cesare deve morire, Hmnos Taviani, 2012) (días 16 y 17), a Travis Bickle en Taxi Driver (Martin Scorsese, 1976) (23 y 24) y a Blancanieves (Palbo Berger, 2012) (30 y 31). Hace falta decir poco de estas películas. La de los Taviani ha supuesto su vuelta a la palestra con un film donde presidiarios representan la obra de Shakespeare, Julio César. Un docuficción que alterna estas representaciones con la vida de los reclusos. Después de años en segundo plano, con este film, los Taviani se han llevado cinco premios David di Donatello, incluyendo mejor película y director, el Oso de oro a la mejor película en el Festival de Berlín y cuatro nominaciones en los Premios del Cine Europeo. De Taxi Driver solo cabe añadir que no hay que dejar escapar la oportunidad de revisar este clásico posmoderno en pantalla grande y ver como Times Square no estuvo siempre llena de tiendas Disney y Planet Hollywood, sino de sordidez y desencanto.  Y de la de Berger, que es la película española del año con dieciocho nominaciones a los Goya y dos premios en el Festival de San Sebastián. Una bizarra adaptación del cuento, que entronca con nuestra cultura popular y pone en común a los maestros europeos del cine mudo. A diferencia de The Artist, que emulaba un clasicismo americano, generando un pastiche entretenido pero vacuo, la obra de Berger genera diferentes capas de lectura y una amalgama de estilos de los cuales el realizador se apropia y construye un discurso muy personal en la concepción del cine y el arte de contar historias.

Y el Paranimf cerrará ciclo con Sangre fácil (Blood Simple, 1984) (6 y 7 de abril, la opera prima de los hermanos Coen, que se ha convertido en otro clásico del cine indie en los márgenes de la industria. Unos Coen que ahora son difíciles de encontrar.  Partiendo de El cartero siempre llama dos veces y Perdición de James M.Cain, también adaptadas al cine, los Coen revisan los cánones del cine negro, y lo reinventan. En estos tiempos que el modelo de financiación por crowfunding está en auge, esta película fue pionera en ello. Un virtuoso ejercicio de estilo y estilización para dar paso a la primavera, que la sangre altera, y te puede llevar a engañar a tu marido como le sucede a Abby en la película, que éste contrate a un asesino a sueldo para matar al amante y que luego todo se convierta en tu peor pesadilla.