El Tanned Tin baraja dejar Castellón y aceptar otras ofertas por «el escaso apoyo institucional». Así titula Raúl Rubio su artículo publicado hoy en Las Provincias de Castellón. Aconsejo leerlo entero. No tiene desperdicio. Pero lo más sustancioso son algunas declaraciones que pone en boca de la organización: «No estamos contentos con el trato (de las instituciones públicas) y no podemos asegurar que la próxima edición se celebre en Castellón. Tenemos ofertas de otros ayuntamientos y uno de ellos nos ha dicho textualmente que quiere tener el festival en su ciudad». «Tenemos problemas con el cobro de las subvenciones, que llegan tarde, meses después de la celebración del Tanned Tin, y los gastos son muchos». Y, en contraste, subrayan el gran esfuerzo realizado este año, «para reunir a Come, una banda que era de las preferidas de Kurt Cobain, que hacía diez años que no tocaban juntos y que se han reunido expresamente para el Tanned Tin».
No podía ser todo tan bonito. En el resumen del Tanned Tin hice una súplica temiendo que pudiera pasar algo así. Ese palco de autoridades vacío y cerrado con llave durante todo el festival no podía traer nada bueno. Sólo con que un responsable público con algo de sensatez se hubiera acercado el sábado a ver el concierto de Come esto sería mucho más difícil que ocurriera.
Sinceramente, espero que sea una estrategia de la organización para poner las pilas a las instituciones de Castellón con respecto a los plazos de cobro de las subvenciones. Porque si esto va en serio es como para echarse a llorar.