Pau Alabajos presenta el disco L’amor i la ferocitat. Teatre del Raval de Castelló. Viernes 11 de febrero de 2016. Inicio: 22.30. Duración: una hora y media. Unos 170 espectadores (aforo total: 272 personas). Entrada gratuita. Músicos: Pau Alabajos (voz y guitarra acústica), Salva Fito (guitarra), Alfred Lorente (bajo), Enrique Jerónimo ‘Gus’ (batería), Laura Navarro (violín), Juan Carlos Mingarro (violín), Paula Moya (viola) y Adriana Serra (chelo). Técnico de sonido: Juan Vicente Miguel (Metrònom).
Hubo un tiempo en el que Pau Alabajos parecía no atreverse a meter una guitarra eléctrica en sus canciones. Pero llegó una “transició modèlica” y lo que acabó por parir fue una nueva imagen de cantautor en la que la electricidad, la guitarra acústica y las cuerdas se entremezclan, como atestigua L’amor i la ferocitat (Bureo Músiques, 2016), un disco que en el Teatre Raval de Castelló interpretó al completo. Aunque grabación a grabación el cantautor de Torrent ha evolucionado en busca de nuevas formas que envuelvan sus letras, siempre entre la crítica político-social y el romanticismo, el resultado de su sexto disco –quinto en estudio- ofrece una imagen distinta, tomada en parte por las aportaciones norteamericanas del productor Brad Jones, elección directa de Pau, enamorado del disco Nashville de Josh Rouse.
En Castellón, la música cantada en valenciano parece tener su público propio, entre el que es difícil encontrar caras conocidas del circuito habitual de conciertos pop o rock (una frontera que a pesar de los años de transición aún sigue en pie). Es por ello que Pau Alabajos se presenta ante un público bien familiarizado con sus discos, flanqueado ahora por dos puntos básicos: el violín de la habitual Laura Navarro (al frente del cuarteto de cuerdas) y la guitarra eléctrica de Salva Fito (liderando la banda), dos mundos que se encuentran de manera intensa en el final de la canción de volcán de nombre impronunciable “Eyjafjallajökull”, tema que cerraba el disco Una amable, una trista, una petita pàtria (2011) y puerta de acceso a la sonoridad actual.
Satisfecho, y seguro, debe de estar el compositor y cantante torrentí de L’amor i la ferocitat cuando lo interpreta íntegro, abriendo recital con su crítica visión de la “Transició” democrática española. “La pell de brau XLVI” o la explícita “Omertà” –la primera con letra tomada a Salvador Espriu- también son miradas nada condescendientes con unos usos del poder que ya aparecían reflejados en su debut, Futur en venda (2004), del que sólo recupera la romántica “Aloma”. Sus temas básicos no han variado a lo largo de su carrera; sí que lo han hecho sus modos de expresión, aunque curiosamente vuelve a los tonos acústicos cuando se pasea por “Firenze”, “Una nit a Berlin” o cuando recuerda “Torrent” desde la emoción de los recuerdos de sus primeros años como cantante.
Puesto en pie, el público, cómplice en la interpretación de cada tema, puso la parte de marcha militar que se escucha en la nueva “Blitzkrieg”, en un número sorprendente y efectivo, antes de afrontar una segunda parte del concierto en el que asomaron pequeñas partes de cada uno de los discos, siendo especialmente bien recibida la penúltima, esa confesión de amor románticamente sexual que es “Tinc una mania inconfessable”, del ya lejano Teoria del caos (2008).