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‘Souvenirs’ del mejor cine de autor. Otoño en el Espai d’Art Contemporani

El EspaiCinema del EACC parece un árbol perenne al que en otoño no se le caen la hojas y sigue floreciendo. La programación de este trimestre sigue siendo fabulosa y nos trae los últimos trabajos de cineastas tan fascinantes como Bonello, Davies, Carax, Yimou y Miike. Un ciclo diverso y para todos los gustos al que vale la pena acudir a cada proyección. Como siempre, martes, miércoles y jueves de cada semana con entrada libre.
  
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Los cinéfilos de Castellón están de enhorabuena. Si el verano del EspaiCinema del Espai d’Art Contemporani trajo una programación extraordinaria, con los films más estimulantes que (no) se pudieron ver en nuestras salas; el otoño sigue al mismo nivel. Bretrand Bonello, Takashi Miike, Terence Davies y Leos Carax ponen la guinda a tres meses repletos de películas personalísimas, arriesgadas, inclasificables… y viajeras, en el tiempo y en el espacio. Como es habitual, los films nos acercan a diferentes nacionalidades, pero, este trimestre, además, entre algunos de ellos existe un punto de unión entre la Historia y la memoria. Las proyecciones no cambian: los martes y jueves a las 20.00 y los miércoles a las 22.00, con entrada libre, nos podremos acercar a descubrir nuevas culturas. Cualquiera de los pases puede servir de excusa perfecta para visitar la exposición colectiva de este trimestre en el EACC, En suspensión, una reflexión de los artistas latinoamericanos Alexander Apóstol, Cinthia Marcelle y Héctor Zamora sobre la arquitectura, el desarrollo urbanístico y los procesos constructivos interrumpidos (permanecerá abierta hasta el 30 de diciembre).

“Everytime I think of Africa I just feel a dumb” cantan CatPeople en Safari. Esto es lo que debe de pensar Alexander Fehling, acompañado de un viejo pescador de la región, mientras se adentra río arriba en el territorio virgen de Botswana en El río que era un hombre (16 al 18 de octubre). El joven alemán se terminará perdiendo, y lo que se inició como una atípica road-movie derivará en un viaje existencial pleno de extrañamiento. Una experiencia insólita para cualquier espectador. Al igual que la deslumbrante L’Apollonide (Souvenirs de la maison close) de Bretrand Bonello (del 23 al 25), uno de los cineastas más interesantes y complejos del actual panorama francés. Una casa de prostitución durante la nochevieja que dará paso al siglo XX es el escenario perfecto para que Bonello explore, como solo él sabe hacerlo, los diferentes mecanismos que hacen funcionar un film: la tensión, el tempo, el encuadre, el uso del collage, la banda sonora en la que entra desde el blues al pop y el Bad Girl de Lee Moses… una película de las que se impregnan y por las que no pasa el tiempo.

Escena de ‘El río que era un hombre’.

Después de realizar varios largometrajes épicos ambientados en China, Zhang Yimou vuelve a reencontrarse con su mejor versión, aquella vista en sus memorables Sorgo rojo (1987), La linterna roja (1991) o El camino a casa (1999), donde el drama es más cercano y personal. Amor bajo el espino blanco (30 de octubre al 1 de noviembre) narra la historia de Jing y su amor por Sun en un época de represión. El que continúa explorando ese cine épico nipón es Takashi Miike, del cual el Paranimf de la UJI proyectó el curso anterior 13 asesinos y ahora el EACC nos trae su siguiente largo, Hara-Kiri: muerte de un samurái (6 al 8 de noviembre), cuyo título no deja lugar a la duda. Nominada a la Palma de oro, la película de Mikke va más allá de la mera puesta en escena de una cinta de acción y el film se torna en todo un ejercicio de estilo de profundo calado emocional. Miike intenta acercarse, con firmeza al Kurosawa de Kagemusha (1980) y Ran (1985).

 

Un acercamiento a la muerte, con estilo hiperrealista, es el que ofrece el documentalista Andreas Dresen en Halt auf freier Strecke (Stopped on Track) (13 al 15 de noviembre). Diagnosticado de cáncer, Frank verá como su vida se escapa poco a poco, y todo lo que le rodea desaparece. La película, ganadora del premio Un Certain Regard en Cannes 2011, rehúye el melodrama para mostrarse sincera y naturalista. Para superar la perdida una opción es alejarse del mundo en una pequeña cabaña alejada del mundo. Esto es lo que le ofrece Iris a Jack en El amigo de mi hermana (del 20 al 22). Una comedia romántica en torno a un triángulo amoroso que relaja la tensión ante tanto drama en el ecuador de la programación.

Ya lo decía Ana Fernández-Villaverde, es decir, La Bien Querida: “Noviembre, sopla revuelto”. Y es que el EACC termina este mes con el melodrama que ha vuelto a poner a Terence Davies en boca de todos al sumergirlos en The Deep Blue Sea (del 27 al 29). Vista en 2011 en San Sebastián y cosechando algunas de las mejores críticas del año, esta cuidada obra de Davies entra en la mente de Hester Collyer (Rachel Weisz), mujer de un juez del Tribunal Supremo, que mantiene una relación de amor imposible con un expiloto de la RAF. El comienzo del film, tan poético, tan desolador, tan profundo demuestra que, de vez en cuando, el cine british puede ofrecernos alguna joya.  El único problema es que Davies se está convirtiendo en lo que Angelopoulos al cine griego, su única voz fuerte y representativa de una cultura. Esperemos que más allá del cineasta de Liverpool no quedé ese profundo mar azul.

Escena de ‘Holy Motors’, de Leos Carax.

Ríos y muertes parecen ser la flora y fauna (sic al comienzo de la canción homónima de Los Punsetes) de esta programación, y Conociendo a Matsuko (del 4 al 6 de diciembre) aúna ambas cosas. Esta comedia musical llena de misterio, y con nueve nominaciones en los premios de la Academia de Cine Japonesa, se centra en la investigación que un sobrino suyo lleva a cabo para descubrir la clave de su asesinato a las orillas de un río. Pero, la rareza del trimestre llega con Holy Motors de Leos Carax (del 11 al 13 de diciembre), que volvió a resurgir de las alcantarillas, como una de las múltiples facetas en las que su protagonista representa a lo largo del film. Una reflexión sobre el mismo cine, de dónde viene y hacia dónde va, cuales son las posibilidades que se han abierto con el digital y que todavía no se han llegado a explorar. Si Inland Empire de David Lynch fue un shock a este respecto, Holy Motors promete no dejar indiferente a nadie.

Y como en Navidad nadie quiere estar solo y es época  de reunirse con la familia, el EACC cierra su ciclo con Una vida nueva (18 al 20 de diciembre). Una pequeña, pero muy valiosa, cinta coreana en la que Ounie Lecomte se ha basado en su infancia para narrar la historia de Jinhee, una niña abandonada por su padre en un orfanato y que, por miedo a un nuevo abandono, se muestra distante ante sus posibles padres adoptivos, mientras espera a que su padre vuelva algún día a recogerla.


  1. «Después de realizar varios largometrajes épicos en torno al Japón feudal, Zhang Yimou vuelve a reencontrarse con su mejor versión, aquella vista en sus memorables Sorgo rojo (1987), La linterna roja (1991) o El camino a casa (1999), donde el drama es más cercano y personal»

    ¿Qué peliculas ha hecho Zhang Yimou sobre Japón (feudal o actual)?


  2. Correcto. Ha habido una confusión en la escritura. Es China, no Japón. Pero las referencias al cine nipón para este género son incuestionables, sobretodo Kurosawa. Digamos que beben una de las otras. Pero sí, ha sido una confusión mental, y es China, no Japón. Disculpad.
    Aprovecho para comentar este periodo de la filmografía de Yimou.
    Yimou inició una serie de diferentes largometrajes ubicando la acción en la china «medieval», podríamos decir,(entendiendo este periodo con diferencia del occidental, por supuesto), y cuya tónica se basa en la acción épica y relatos «clásicos» de lucha entre reinos y demás. Digamos que cambia la poética de Sorgo rojo por una acción más literal, haciendo del duelo y la épica las claves del film y apostando por un fuerte esteticismo. Este cambio en la filmografía de Yimou se debe, en cierta medida al éxito de Tigre y Dragón (2000), la película de Ang Lee. Incluso Wong Kar Wai realiza un remake de su film con estás características (siempre dentro de su estilo), como Ashes of Time (1994) a Ashes of Time Redux (2008).
    En cuanto a Yimou, en un primer momento realiza Hero (2002),que cosecha muy buenas críticas y nominaciones a Oscars y Globos de Oro, siguiendo la estela del film de Lee. A Hero, le sigue La casa de las dagas voladoras (2004) y La maldición de la flor dorada (2006). Todas ellas con un cuidado estilismo y un gran trabajo de recreación, pero van perdiendo gancho e interés. Así que decide realizar la más cómica: Una mujer, una pistola y un plato de fideos chinos (2009), remake del film de los Coen «Sangre fácil», y que mira a su propia trayectoria dentro del género, y que ha sido incomprendida.
    Hay que apuntar, que en 2011, después de «Amor bajo el espino blanco» (2010), realizó «The flowers of war», con Christian Bale, y ambientada en la guerra chino-japonesa. Por lo que, Yimou no ha abandonado el género, pero parece afrontarlo con otra perspectiva. Todo esto dicho en dos líneas y quedando todo ello por matizar y profundizar.

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