El Paranimf de la Universitat Jaume I continúa con su nutrida programación de teatro en primavera con la representación de Tierra pisada, por donde se anda, camino de la compañía madrileña El Canto de la Cabra, este viernes 19 de abril a las 20.00 con entradas a 11,20 euros. Una obra poética y visual en la que la escenografía y lo que se sugiere cobran tanto protagonismo como los propios intérpretes, Elisa Gálvez y Juan Úbeda, con un reconocido prestigio en la escena de teatro de vanguardia. Buen teatro para dejarse cautivar y también reflexionar. Y el viernes 26 de abril hay otra cita importante en el espacio cultural de la UJI: Nuevamente ante ti fascinado de la compañía de Daniel Abreu para conmemorar el Día Mundial de la Danza.
Tierra pisada, por donde anda, camino fue estrenado en el XI Festival Escena Contemporánea de Madrid y es la culminación de un proceso de trabajo iniciado en 2009, que se había mostrado en sus diferentes fases en La Nave de Cambaleo de Aranjuez (mayo de 2009) dentro del proyecto Cuando todo esto haya terminado, de Carlos Sarrió bajo el título de Hilos y ausencias, y en junio de 2010, durante la celebración de la Gran Convocatoria Mundial organizada por La Tristura en La Tabacalera de Lavapiés, bajo el título de Naturaleza muerta. Y es que los hilos, las ausencias y la naturaleza muerta están muy presentes en la representación de El Canto de la Cabra. En escena aparecen 900 hilos negros colgados del techo con un nudo cada uno, además de flores muertas cosidas con aguja e hilo y un bosque de tijeras adquiridas en tiendas de chinos. Pero los nudos todavía están por terminar.
El Canto de la Cabra nació en 1993 como compañía y espacio en el centro de Madrid para convertirse en referencia de las artes escénicas no convencionales. Durante los años 90 trabajaron con el autor Federico del Barrio (Viaje al Tártaro, Caín, ¿Qué? Nada) y con textos de Samuel Becket y de Thomas Bernhard. En 2003 Elisa Gálvez y Juan Úbeda estrenaron en El Canto de la Cabra Los días que todo va bien, su primer trabajo creado desde la escena, sin la figura del director ni la del autor y sin más intérpretes que ellos. En esta misma línea, dos años después, estrenan Trece años sin aceitunas. En enero de 2009 se ven obligados a cerrar la sala, dejan Madrid y se van a vivir a un pequeño pueblo de Ávila, desde donde continúan su trabajo creativo.
Así, Elisa Gálvez y Juan Úbeda han convertido su sala y su compañía en una de las más emblemáticas de Madrid en la escena independiente, demostrando un compromiso vital y político con el oficio teatral y la creación contemporánea. Tierra pisada, por donde se anda, camino llega después de un periodo de retiro y reflexión y da continuidad a una trayectoria honesta y singular.